En la ciudad termal, rayando el medio tiempo de la campaña de los candidatos a intendentes, se observa una variedad inimaginable de maneras de hacer llegar al electorado, no sus propuestas, que en algunos casos son meras promesas electivas, sino ridículas y a veces ofensivas presentaciones mediáticas.
En algunos casos, en un alarde de poder sin restrinciones, se quiere manejar al ciudadano, dueño del voto, demostrando que sólo se busca el poder por si mismo, no en beneficio de una sociedad que busca en los candidatos respuesta a sus dolores, falencias y más que nada busca la credibilidad de los hechos.
Estas nuevas formas de inducir al votante, con idas y vueltas de acusaciones, donde si hay verdades deberían llevarse a la justicia, y sino las hay también deberían llevarse al mismo lugar, hacen de esta campaña algo atípico.
Aunque muchos pretenden tener en cuenta la edad de los candidatos, los que superaron la barrera de los 60 años se inclinan por hablar de experiencia, y mientras algunos hacen uso de sus importantes estructuras o recursos económicos otros optan por trabajar con la concientizacion del ciudadano a la hora de elegir su voto, apostando a un trabajo que sin dudas poseerá miles de desventajas, ante el poder económico.
El pueblo soberano deberá elegir y en la simpleza de ideas de algunos candidatos, que van en desmedro de la inteligencia de los que supuestamente los votarán, se manejan los tiempos mediáticos, usando todo tipo de artilugios, en algunos casos vergonzosos, en otros que causan hilaridad, en otros con la seriedad que el caso merece.
Desde al ámbito del ciudadano común, se espera no ya cantos de sirenas, no más fotos con figuras famosas, no más promesas que no se podrán cumplir, sino hacer de la realidad que nos toca vivir en esta Salta, un proyecto que nos lleve a la victoria, no de los candidatos, sino de este pueblo en general, sin olvidar que se debe gobernar para todos, olvidando banderías o sectores, con la continuidad que los actos de gobierno deben tener.
Esperamos y sabemos que cuando llegue el momento de emitir el voto, el electorado, será quien diga la última palabra, no supongan, erroneamente, falta de inteligencia, desconocimiento, mercadeo, solo se les pide a los candidatos, honestidad, hechos y proyectos comprobables, que no queden en los discursos, sino que sean factibles, que busquen el bienestar general.
Por lo mismo, el voto es parte del destino de nuestro Rosario, hagamos buen uso de esta democracia participativa, busquemos la verdad, y seamos arte y parte en estas elecciones, para bien de todos los que viven en este suelo.
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